Poesía para Vencejos

De la mano de mi buen amigo Alfonso García, leonés de pro, conozco un poco la múltiple actividad literaria que genera la provincia de León cada año, amén de la cantidad y calidad de sus escritores vivos. Alfonso es el fundador y director del Filandón, el suplemento literario del Diario de León que llega a los quioscos todos los domingos con el periódico. Es tal su calidad y su repercusión, la del suplemento, entre el mundo de la cultura de toda la provincia leonesa, que fue galardonado con el Premio al Fomento de la Lectura 2004.Bien, pues Alfonso García siempre que nos vemos me comenta cosas sobre León y provincia, actividades culturales a las que asiste o a las que le gustaría asistir si dispusiera de más tiempo. Hace algunos años me habló de un festival poético muy interesante cuyo nombre ya invita a la asistencia. Se trata de Poesía para Vencejos y tiene lugar en el patio de armas del viejo castillo de la localidad de Palacios de la Valduerna, a cinco Km de La Bañeza.


Hete aquí que este año recibo una invitación apara asistir al recital de poesía. Y fui. Era un domingo, el 2 de agosto, y medio pueblo y unos cuantos forasteros llenamos el patio de armas de castillo y escuchamos los poemas recitados por sus propios autores y la música de los dulzaineros Bañezaina y de la formación folk Tista y Sara. Entre los poetas se encontraban Adolfo Alonso Ares, Julián Alonso Alonso, Juan Bernier Blanco, José Expósito Hernández, Raquel Lanseros Alonso y Marta del Riego. También recitó poemas el ganador del Premio Internacional de Poesía Conrado Blanco León, galardón que recayó en el madrileño Óscar Martín Centeno, por el poema Este viaje infinito.


Marta del Riego recitando sus poemas


Ese poema me gustó, pero destacaría entre los participantes del recital a las dos chicas, Raquel Lanseros y, sobre todo, a Marta del Riego, por su modernidad, atrevimiento, profundidad y dominio del lenguaje. Marta, eres una magnífica poetisa. Sobre el festival poético debo decir que me sorprendió la sencillez del acto, el interés y la numerosa asistencia de público, tal vez poco receptivo con algunos poemas, el dinamismo de la organización que resolvió el festival en un par de horas, y el paraje en el que se celebra, el castillo de Palacios de la Valduerna, en pleno páramo leonés.


Por cierto, en León y Asturias filandón es lo mismo que los filandons, fiadeiras o senados gallegos, palabras que denominan las reuniones de mujeres que pasaban la noche hilando linos y otros hilos y elaborando tejidos mientras recibían las visitas de los hombres que suspiraban por sus amores o por sus bondades. Las horas pasaban entre dimes y diretes, entre cuentos populares e historias legendarias y susurros al oído que elevaban la temperatura. Hubo épocas en las que algunos obispos las prohibieron en sus diócesis y algunos párrocos en sus parroquias porque tantas horas nocturnas hombres y mujeres juntos al calor del hogar incitaban al pecado. Los fialandones fueron fundamentales en la transmisión oral de la riqueza de cada pueblo. Gracias a ellos hoy conocemos mucho sobre nuestro pasado, sobre nuestras leyendas y tradiciones.

Comentarios

Publicacións populares deste blog

La Aldea Maldita

Francisco Caamaño en el Ministerio de Justicia

San Pedro de Rocas en Cuarto Milenio