El Gozo, el Boss y el Padre



Ahora que todo el mundo habla del Boss, de su paso por el Monte do Gozo compostelano, de su entrega sobre el escenario, de la gran respuesta de público, del desastre organizativo, yo no voy a opinar sobre el tema, simplemente porque no he ido al concierto. La fecha, el 2 de agosto, era propicia para otros menesteres. Lo que sí puedo decir es que Bruce Springsteen y la banda de la calle E están entregados a su música y a su público desde que decidieron compartir experiencias hace ya casi tres décadas. Tuve la fortuna, quisieron los dioses y mi gente que yo pudiera asistir al concierto que Springsteen dio en Barcelona en el año 1981. Fue en Montjuic, en el pabellón de deportes, repleto por un puñado de miles de personas que corearon sus viejas canciones y varias de las nuevas del rotundo álbum doble The River. Desde entonces, the boss toca en Barcelona como en New Jersey, es decir, como en casa. Es decir, como cuando ves a los Stones en Wembley, a los Lakers en el Staples Center, al Barça en el Nou Camp o al Celta en Balaidos. Es diferente. Luego, unos y otros, regalan actuaciones memorables en otros campos, en otros escenarios, y el espectáculo, ya de por sí mágico, se convierte en sublime.

Del Boss puedo decir que me gusta mucho su música, de manera especial The River, por razones obvias y sus discos anteriores, Grettings from Ashbury Park, Born to run o Darkness on the Edge of Town. Pero el Boss se sienta a la derecha del Padre. Y el Padre no es otro que John Mayall, el llamado “Padre blanco del Blues”. Con él, con Mayall empezaron a despegar grandes músicos, sobre todo guitarristas que luego fueron y son leyenda, músicos a los que siempre se les recuerda su paso por los Blues Breakers de Mayall. Nombres como Peter Green, Mick Fleetwood, John McVie, Erick Clapton, Mike Taylor, Joh Almond, son buenos ejemplos.
Mayall pasó por Santiago de Compostela a mediados de julio y a su concierto acudimos poco más de dos mil personas, eso sí, todos menores de 76 años. Sus Blues Breakers no eran aquellos legendarios, pero sí unos magníficos músicos que supieron dar réplica al gran maestro. Lógicamente, no faltó en su concierto una versión del mítico Room to move.

Comentarios

Publicacións populares deste blog

La Aldea Maldita

Francisco Caamaño en el Ministerio de Justicia

San Pedro de Rocas en Cuarto Milenio