¡Hasta nunca! señor Bush

¡Hasta nunca! Tal vez sea el grito más escuchado en el día de hoy, 20 de enero de 2009, fecha para muchos histórica, en el que probablemente tenga mayor impacto la marcha de George W. Bush que la llegada de un nuevo inquilino a la Casa Blanca, aunque sea el primer negro (no sé por qué les llaman afroamericanos cuando a los otros les llaman blancos y no euroamericanos), aunque llegue cargado de ilusión y buenas intenciones, aunque su actitud inicial, mientras era presidente electo, haya sido dialogante, integradora, igualitaria, pacífica, etc.

¡Hasta nunca! señor Bush. Pasará usted a la historia como el hombre que con su política desestabilizó el equilibrio mundial entre dos civilizaciones no siempre bien avenidas pero ahora sí muy enfrentadas, muy poco avenidas. Su política neoliberal ha provocado que los pilares de esa economía de mercado, globalizadora, sin regulaciones, tan Wall Street, tan paradigma de la sociedad y del espíritu individualista norteamericano, se tambaleen y estén causando estragos en todos los países del mundo, porque si en su propio país, Estados Unidos, en Europa y en general en los países “ricos” el paro se dispara, las economías familiares se estrangulan, las empresas anuncian ERES, ¿cómo estarán los demás, los países “pobres”, los seres humanos que los habitan?

¡Hasta nunca! señor Bush. Hoy, sin usted en la Casa Blanca, el mundo es bastante más seguro que ayer.