El minimalismo de Francés

cabeza


Con frecuencia las expresiones minimalistas en el mundo del arte resultan frías, ya sea en la pintura, la escultura, la música o la arquitectura. Esa frialdad parece intrínseca a la definición de minimalista, pulcritud y economía en las líneas, en los arreglos, en los materiales. Lo cual no es malo, no es negativo, no es despreciable, recordemos que es una opción en el arte, una vía de expresividad practicada por unos cuantos y seguida por muchos más. Reinhard y Duchamps, Villalobos, Mertens o Nyman son algunos ejemplos en pintura y música.


Esa corriente artística que empezó a tener significado como tal a finales de los años 60 y durante los 70, y que abarcó a obras y concepciones realizadas con anterioridad, dejó herederos que piensan, actúan, interpretan y plasman sus inquietudes, su arte, una vez pasado el umbral del siglo XXI.


Francés es uno de ellos. Lleva a raja tabla el axioma minimalista que dice que lo bello no es útil, por lo tanto sobra. Y en su caso no es pose. Es una manera de entender la vida, con sencillez, con humildad, con trabajo, mucho trabajo, y con la inspiración que da el ponerse ante la “materia prima” sin recelos, tabúes o contaminantes, para que al cabo de un tiempo la “materia prima” se haya transformado en una obra de arte. Los mediocres de verbo fluido, demasiado fluido a veces, pueden apuntar rápidamente un “eso lo hace cualquiera”. He dicho los mediocres. El resto de los mortales sabemos diferenciar entre un exabrupto y el arte.

Francés es un artista. Lo demuestra con cada pieza. Y convence, convenció en su exposición en Zaragoza, durante la Expo del Agua, convenció antes y después a muchos hombres y mujeres que se han convertido en sus seguidores, convenció a los que han apostado por él comprando sus obras, convenció a los japoneses (esto puede ser anecdótico, pero el arte no es local aunque en el fondo parta de una localidad), en la embajada de Japón en Madrid saben quien es Francés, el gallego de París.
¿Quien dijo que en lo minimalista sobraba la belleza? Las obras de Francés son bellas, e incluso contradicen la supuesta frialdad del minimalismo, porque son cálidas más allá del hierro, de la pizarra o el acero que quedaron atrás para convertirse en cactus, cabezas o besos.
Francés es imprescindible.

Comentarios

  1. Que ben te explicas, e que ben se che entende, reamente o mundo he fascinante, i en cada recuncho agachase algo fermoso e digno de ver, para os que non podemos ir fisicamente, a fantasia, e a lectura, transportanos ala onde non chegan os nosos pes, ainda que e cun viaxe imaxinario, queda no paladar un sabor agredoce, por non poder ir en corpo, de todos os xeitos, gracias por axudarnos nas nosas viaxes imaxinarias, e gracias por outras cousas que ti sabes, ata logo amigo do teu tamen amigo Francés

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Publicacións populares deste blog

La Aldea Maldita

Francisco Caamaño en el Ministerio de Justicia

San Pedro de Rocas en Cuarto Milenio