Tempo de Nadal
Diciembre llegaba y era un sin vivir. Una ansiedad aceleraba nuestras vidas, nuestros corazones, la Navidad se acercaba y con ella unos días de vacaciones escolares, de fiestas familiares, de comidas y cenas especiales. Un ritual imprescindible era escribir una muy pensada carta a los Reyes Magos, bien pensada y muy larga. O meniño está nas pallas Casi siempre las vacaciones escolares coincidían con el día de la lotería. Allí estábamos todos, ante el televisor, escuchando y viendo a los niños de San Ildefonso cantar números y premios en una letanía sin fin, mientras Tita, la abuela, nos hacía mirar atentamente los números de las participaciones que había comprado, papeletas de diversos y atractivos colores, que permanecían toda la mañana expuestos sobre la mesa, como si pudiéramos retener tanto número en la cabeza. A súa nai está con Él Al principio fue el Belén, después también llegó el árbol y siempre los villancicos. Los juegos con los vecinos, la cena de Nochebuena, la comida el d...